Por lo general, como pastores somos propensos a descuidar nuestra vida de oración y ocuparnos en otros asuntos que nos parecen más importantes. Pero esta es la verdad, un ministerio pastoral con poca oración no solamente terminará haciendo las cosas en la carne sino que está propenso a sufrir ataques emocionales y satánicos con mucha facilidad.
En este artículo,
extraído del libro: “La Brújula para el Ministro Evangélico” le comparto unas
razones bien sencillas de la importancia de la oración en el ministerio
pastoral.
La eficacia de la oración radica fundamentalmente en la voluntad de Dios.
Él es soberano y hace como quiere, pero obrará en respuesta
a nuestra oración. Muchas veces la oración nuestra determina la acción suya.
Fíjese cuántas veces las promesas en la Biblia hablan de una respuesta. “Pedid,
y se os dará.” Mateo 7:7. “Pedid todo lo que queréis, y os será hecho.” Juan
15:7. La verdadera oración es eficaz porque tiene respuesta de Dios.
La oración cambia la situación.
Si tenemos pensamientos de temor o
incertidumbre, pueden ser cambiados si Cristo conversa con nosotros. La oración
alimenta el pensamiento, siembra la buena semilla en la mente. Todo pensamiento
que se anida en el corazón tarde o temprano será puesto en acción. Cristo es
quien llena el corazón con sus pensamientos; él controla así la mente y
dirigirá nuestro ministerio. Dios guardará nuestros corazones y pensamientos.
Filipenses 4:7–9.
La oración se convierte en un medio por el cual Dios nos
guía.
Cuando al pueblo de Dios le faltó
agua y pan en el desierto, Moisés fue guiado y enseñado por Jehová en la
oración. Josué fue dirigido en las tácticas de la conquista, por la oración.
La oración es eficaz también para ayudarnos a resistir al
enemigo y sus asedios.
Orando encontramos la fortaleza
divina que nos asegura la victoria. Seamos muy prontos para clamar en oración,
cuántas veces sentimos que las corrientes malignas nos arrastran.[1]
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por dejarnos su comentario